Ha sido muy gracioso desvelarme ligeramente mientras iba soñando que acababa de
comer aunque lo realmente gracioso no ha sido eso sino que con el edredon me he
limpiado los morros como si fuera una servilleta.
Claro al ser consciente de
lo que he hecho me ha dado por reirme nada más levantarme.
Me acuerdo
cuando mi madre me decía que de peque solía comer en sueños pasteles y andaba
masticando.
A mi la verdad es que sólo me ha pasado a nivel de caídas. Lo
típico que vas, te tropiezas y pegas el bote de tu vida. Pero ultimamente me da
por hacer otras cosas. Hoy limpiarme después de comer y el otro día otra cosa
que ahora mismo no recuerdo.
Mola, porque en el momento en el que eres
conciente de que has unido la realidad con la ficción es como que te da la risa
y te alegra el resto del día. Aunque no tan exagerado, pero sí que es verdad que
el despertar así varía un poco el estado de ánimo que vas a tener. La
predisposición. No es igual que el que se levanta con el pie izquierdo. El que
ha pasado mala noche o el que ha despertado en mitad de una pesadilla.
También es genial porque bueno, los sueños son nuestro inconsciente no?
y hay muchas cosas de él, por no decir todas, que desconocemos, a pesar de que
convivimos juntos durante años y día tras día. Supongo que por eso siempre me
gusta saber de los sueños. Es como esa parte que quiero conocer porque
desconozco, ya no solo mia, también de los demás.
Es como trabajar con
Freud, aunque por tus propios medios. Como ese afán por saber del desconocido
mundo exterior, del universo. Es interesante :)