sábado, 30 de octubre de 2010

Complejo de montaña rusa


Comienzan ya, noche del sabado, a florecer de nuevo las angustías del martes inglés.
La verdad es que no sé que me aterroriza tanto de esas clases pero las he cogido mucho miedo y es como sí además de eso no quisiese afrontarlo.
Tal vez porque sé que esto ocurre me empeño tanto en buscar una ayuda exterior, en decir que quiero, que necesito un psicologo.

La verdad es que es duro presentarte delante del ordenador a eso de las 3 o 4 de la noche y recordar que la cuenta atrás está a punto y que el puente no permitió que tus deseos se cumpliesen.

El martes pasado no fui, y no fui sobre todo por el pánico que me producía todo, porque algo en mi interior me produce tanta presión que escribe un NO en letras mayúsculas, y grandes, enormes.

La verdad es que cuando esto pasa pienso: te has tomado pocas gotas hoy, y no sé sí será cierto o no, pero lo cierto es que me calmo cuando las llevo dentro..
Y lo cierto es que me hace pensar que no puedo vivir sin eso, que parece como una droga en la que el sindrome de abstinencia se presenta por medio de bajones de optimismo y ebusiones de pesimismo.

Ya no me hace efecto el pensar que las cosas están en mi mano, que tengo el poder de mi mente y de mi corazón, de mis sentimientos, de mi día a día. Es como sí de pronto me hubiese convertido en débil, así como sí yo quisiese.

Los nervios me consumen noche tras noche, y la verdad es que me siento vulnerable.. y siempre parece que el bajón llega despues de una subida, como una montaña rusa.

A veces me pregunto si me convertí en esta atracción de parque temático por una razón que ronda mi cabeza, o simplemente es algo que realmente depende de mi y de lo que me tocaba y me toca vivir.

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