viernes, 15 de agosto de 2014

Una nueva oportunidad..

El paso de los días ha traído muchos cambios, sobre todo de cara a mi misma que me he dado cuenta de la lucha que voy a tener que llevar acabo de ahora en adelante. 
En estos días me he podido dar cuenta de varias cosas entre las cuales la inmadurez y poca paciencia de mi amada. O cómo hoy mismo me preguntaba una amiga, la visceralidad que tiene más allá de la que yo pudiera tener. 
Tal vez la pregunta ante esta palabra hubiera sido ¿eso es bueno? mas está claro por los dos calificativos que di antes que muy bueno, precisamente, no es. Pero en lugar será mejor argumentar antes de continuar.
No recuerdo si me puse a explicar con anterioridad todo lo que había pasado, así que, por si es que si, de nuevo repito; Allá por Julio, concretamente el día 20, me topé con una realidad que me desubicó por completo. Se trataba de que ella, que comenzaba con su regla ese mismo día, estaba planteándose de tal forma la relación que tras un pensamiento en voz alta, el cual me dedicó, determinó que aquel sería el final de nuestra relación, al menos, durante un tiempo. Es decir, necesitaba un respiro para asimilar que las cosas no eran como ella quería o tal vez había deseado.


En este tiempo me he dado cuenta de lo mucho que las películas disney hacen daño, y es que.. en muchas personas el hecho de que todo sea rosa, puede llegar a ser una forma de vida; creer que las ilusiones pueden llegar a ser ciertas o incluso los deseos que uno tiene para con las personas, para con la vida, que va más allá de las propias necesidades o que incluso cuenta con ellas pero sobre todo con tus preferencias más momentáneas.
Hace un tiempo le aconsejé que se despojase de eso, mas es difícil eliminar un pensamiento cuando tu inteligencia no es intrapersonal. sin embargo, y a pesar de todo, ella, con todo esto se ha dado cuenta y ha recordado mis palabras de entonces, ante las cuales ha dicho "tenía que haberte hecho caso cuando dijiste aquello de.. no esperes nada de nadie, porque entonces te llegarán un sin fin de malestares y decepciones."
A fin de cuentas, lo que sentía ella, principalmente, había sido una enorme decepción.


Los días transcurrieron entonces hasta acabar julio. La pena por la noticia me hizo cambiar completamente de actitud, y sin tan siquiera quererlo convertirme en aquella persona que ella había deseado. Una mujer que constantemente demuestra su amor por su amada durante todo el día y la noche. Abrazos, caricias, miradas, besos e incluso atención en dosis mayores. Y sólo porque sentía que se perdía una parte de mi que no quería perder. Vinieron los llantos y entonces me di cuenta de la cantidad que cada uno quiere en la vida para sufrir, porque quizá todos pensamos que sufrir es inevitable pero realmente depende de uno mismo el hecho de sufrir más tiempo o menos tiempo; torturandote una y otra vez con pensamientos que te dañan y te hacen llorar, o manteniendo tu mente ocupada con acciones o pensamientos que no tienen que ver con el tema que te hace sufrir. Es cierto y cuando el dolor está en una medida demasiado grande, cuando ha sido hace apenas un instante cuando ocurrió lo que le produjo, duele y es infringible. Mas el tiempo acaba curando eso y aunque cada uno tiene una cantidad distinta.. también el querer olvidar es un punto importante.


Fue así, pues, como Julio fue pasando y ella se fue dando cuenta de que no quería irse, no quería que aquello acabase. Yo por el contrario eso lo tenía claro, mas iba haciéndome a la idea de que pronto acabaría todo y era lo que tenía que ocurrir. Tal vez eso fue lo que nos llevó a tomar caminos dispares y opinar a su vez de forma dispar; Ella se aferró a un amigo nuevo, y yo al olvido de ese amor que le demostraba por ello. Dedicaba sus días a mirar su móvil, hablaba con él durante todo el día, y cuando no, el twitter era su mayor aliado, aquel lugar donde nos conocimos hace ya un tiempo.
No podía ser cariñosa si al momento de dejar de besarla, cogía el móvil de nuevo y se ponía a teclear. Así pues dejé de ser una vez más quien ella quería que fuera y yo empecé a justificar y aceptar con ideas positivas la nueva etapa que me esperaba. Me dispuse a sacar pegas, defectos a su persona; cosas que hacía que odiaba con todas mis fuerzas, e incluso algo que podía ser fuego, como era el hecho de sacar pegas a su forma de ser, su carácter. Sin embargo y como ella misma expuso un día, "si recibo negatividad cuando quiera regresar a ti, yo sola me lo habría buscado". Y tantos días acabaron por hacer que se lo buscara..


Agosto comenzó entonces cambiando de ciudad, mas haciéndolo ambas antes de separarnos, hasta el día 4 de este donde ya finalmente se separaron nuestros caminos. 
Tras el día 20 de Julio muchos pensamientos pasaron. cambiaron las cosas por días e incluso horas, haciendo que de pronto un.. "necesito tiempo, hemos terminado" se convirtiese en un.. "y si vienes conmigo el día 4?". Aún así los días fueron pasando y sus dudas seguían en pie cuando cambiamos de ciudad ese primer día de agosto, por lo que fui yo misma quien tomó la decisión de no ir ya que ella aún seguía dudando. Tal vez pretendía que de un vuelco me dispusiera el ultimo día a marcharme con ella, mas un viaje se prepara con antelación y dada la situación.. no creí que fuera lo que debía hacer. Y se marchó.
La acompañé a la estación de tren y nos despedimos. Molesta yo, tras la última discusión que tuvimos, justo unas horas antes de irse. El culpable, una vez más había sido su teléfono. Y fue tan grande la trifulca para mi que supuse que en la estación ella olvidaría el teléfono, mas no fue así. 
Esperamos durante unos minutos; traté de entretenerla, darle conversación, pero no podía si quiera mirar a una persona que mientras me escuchaba se dedicaba a mirar su pantalla del teléfono y a veces a teclear simultáneamente. Así fue como acabó todo y ella se marchó sin yo apenas sentir esa pena y esa tristeza de aquel 20 de julio cuando, para mi.. no existían problemas.
Perdí mi billete, junto a ella, ese tren que iría a su ciudad, para veranear juntas durante casi un mes entero, más del tiempo que jamás habíamos pasado juntas en su entorno. Regresé a casa andando desde la estación, con rumbo fijo y ahora, era yo la que con móvil en la mano, emprendía camino.
Caminé casi 3 horas hasta llegar a mi casa, se hizo de noche entre tanto y aquello me llevó a estar dos días en casa con los pies quemados por las plantas, ya que ese camino no fue esperado y mi calzado no era adecuado. Pero me libré de sufrir como el resto de los días. Decidí cambiar mi vida, hacer dieta y ejercicio y así han ido pasando los días de agosto poco a poco.


Hablábamos por el móvil a menudo, de hecho, ella misma decía que seguíamos juntas. Los primeros días no dejaba de contradecirse. Se daba cuenta de que me echaba de menos pero que tampoco quería esa vida que había tenido hasta ahora. Llegué a arrastrarme por luchar por la relación. Le decía que estaba ahí para lo que quisiera, que estaba a su disposición para cambiar cosas si me decía cuales eran aquellas que habían hecho que todo se fuera al traste. Sin embargo y a pesar de que los días pasaban, no conseguía casi nunca que me dijera esa lista concreta que tanto yo le pedía. 
Pasaban los días y cada día era peor que el anterior; eran demasiado extremos los días consecutivos. El lunes todo perfecto, el martes horrible.. y cuando encontré dos días buenos pensé que empezaban a cambiar las cosas, me ilusioné y entonces llegó mi caída. Fui aguantando como pude desde el día 20. Pero ya el 11 de agosto acabé derrumbandome. Fue cuando ella me dijo que requería intimidad y que por ello ya no nos veríamos más como antes. Que ahora íbamos a vernos en ciudades distintas y que cada vez que eso ocurriese, evidentemente no estarías las familias. Ciudades donde no habría nadie, pero si un hotel el cual necesitaría ser pagado al igual que las comidas. Sin embargo ninguna tenía dinero, lo cual significaría que nos veríamos muy muy poco.


Comencé entonces a no entender nada. Mis ganas por verla más eran demasiado fuertes y acabé por sentir que aquello se derrumbaba hasta el fin. Derramé lágrimas y lágrimas. Creía con toda firmeza que las cosas ya no iban a cambiar por sus palabras, las cuales coincidían con una idea de otro día anterior a la cual no quise hacer caso, pensando que sería una de esas ideas que iban cambiando en su mente. Me despedí de su madre incluso entre lagrimas, pues había sido alguien con quien había hecho muy buena relación junto con otros muchos miembros de su familia. Y es que.. cuando una relación de pareja pasa más allá, y va a la familia.. se convierte en algo, aún más duro de afrontar todavía. Dediqué dos días a mi sufrimiento, porque el dolor me pudo en aquellos instantes, pero entonces, cuando yo caía ella comenzaba a levantarse y precisamente el día siguiente al que todo eso había ocurrido, ya ella venía con animo de arreglarlo todo. 
Mi confianza había volado al igual que mis ganas y toda mi fuerza. Todo lo que había conseguido conservar después de tanto. Sin embargo ella había llegado con fuerzas y pretendía que ahora.. que ya ella se había recuperado y lo tenía claro, las cosas se encauzaran de nuevo. Pero no podía ser.


El 13 discutimos de nuevo, esta vez porque era yo la que necesitaba tiempo. Ella comenzó a agobiarme con la idea de que bajara, porque ya tenía claro que era yo lo que quería, pero yo había sufrido tanto esos últimos dos días.. y durante todo ese tiempo, que confiar en ella una vez más era lo ultimo que quería. Me molestaba la idea de que no lo entendiera, de que no viera que ahora era yo la que no podía con la situación y que ahora era yo la que precisaba de esa paciencia que yo con anterioridad había tenido. Y entre tanto yo hablaba distinto, exigía, como nunca antes que se me tratase como yo lo hacia. Y eso hizo. 
Curé mis heridas más rápido que ella, o al menos.. sentí que estaban más o menos curadas hasta el día 15, hoy.
Echaba de menos tenerla conmigo y me podía la idea de aún tener un billete en marcha que no usaría. Otro tren que habría perdido.. Tenía las ideas muy claras, más una vez más sus prisas nublarían todo y volvería a plantarle cara.
Le comenté la idea de bajar, pero ella replicó para que ese viaje se hiciera mucho antes de lo que yo misma propuse. Reconozco que pretendía recuperar de alguna forma aquel 4 de agosto fallido. Pretendía que ella pagase la mitad de esa ida, pues ella quería que yo fuera, tanto o más que yo. Y pretendía también que fuera en tren y no en otro transporte, cuando este, por bajo precio, me destinase. Pero el viaje era para el 20 y aún quedaban 5 días eternos para ella. Algo que me enfurecía a más no poder. No conseguía entender porqué ahora, tras tantos días que yo esperé, le venían las prisas.


Quería de alguna forma que aprendiera, que dejara de ser tan niña y aprendiera. Que pagara la consecuencia por todos los mareos y daños que me había dado, ya no por venganza, sino porque veía que con esas prisas que mostraba de nuevo, no había aprendido nada de todo aquello y a mi me había costado gran parte de mi emocionalidad, entre otras cosas.
Al fin, busqué de nuevo, tras como digo, serle sincera ante esto ultimo. Y encontré entonces algo intermedio entre lo que yo quería y lo que ella quería. Pero.. ¿cómo se gestionaría?
La fecha del billete sería para el 17, justo el domingo. Dos días después de mirarlo y tras hablar con la mujer que lo vendía un mar de dudas comenzó a rondarme la cabeza; ¿estaba preparada para aquello? ¿era lo que debía hacer? ¿me estaría equivocando en algún aspecto? ¿en ninguno? ¿en todos? 
Me inundaba de miedos aún con ánimos de mi alma gemela y ese bote que recibí sobre la cama tras perceptar aquel billete que me llevaría hacia su ciudad.
Iba a darle una nueva oportunidad pero.. tal vez precipitarme era algo que podía empeorar las cosas mucho. Y ella, desgraciadamente, no tenía la fortaleza, la paciencia y la madurez que yo tenía. 
Es cierto que la vida te manda señales y.. hay que tomar esos trenes que pasan rápidos.. pero, también hay que saber cuando uno está listo para tomarlos, y cuando es muy probable que de nuevo un piano le caiga del cielo en mitad del trayecto.


Nos tocará saber más adelante qué ocurre. Nos tocará creer en el destino y las oportunidades, o la suerte. Nos tocará creer que las cosas pueden ir a mejor y que allí, se solucionará todo y dejaré de sentir presión e incomprensión para siempre. Al fin y al cabo, era una nueva oportunidad..

No hay comentarios:

Publicar un comentario