sábado, 5 de mayo de 2012

Como un hermano con cáncer

Estoy triste, incluso más que eso.
En mi mente solo circula un pensamiento que va trayendo a otros muchos consigo bastante parecidos. Lucky se muere.
Mil lagrimas recorren mis entrañas solo por esta razón y me es inevitable.

Todo empezó con la salida de Ari de gran hermano, de la casa. No pude evitar que mi mente hiciese una conexión entre la vida y la muerte y el estar dentro o fuera de la casa y aunque es irreal porque en el fondo ellos tienen la posibilidad de verse y seguir sintiéndose los unos a los otros al salir.. igualmente ha desembocado para mi suicidio de la armonía.

Tal vez el descubrir que es duro perder a alguien aun sabiendo que lo vas a ver después me ha dado pie a descubrir el profundo dolor que existe tras el adios absoluto.
Y soy consciente de que ese adios todavía no llegará, pero le vas viendo las orejas mientras se aproxima lentamente.

Te das cuenta de que hace unos años veías a Lucky corren por mitad del prado de la parcela de al lado de Zarzalejo, en el que no se le veia por la longitud de las hierbas y enseguida esbozabas una sonrisa sintiéndole venir a por ti mientras veias ligeramente moverse la hierba como si brincase entre ella. Recuerdas esos primeros pasitos algo torpes de su primer día en casa.. y ahora te paras y observas ciertas cosas que duelen.
Y es que, a pesar de sus ganas de vivir, de jugar.. va perdiendo audición a pasos agigantados. Ya no te oye susurrar y a veces, tampoco es capaz de reconocer tu voz en la calle, al igual que tu silueta, a ti. Se pierde entre la casa aun conociéndola y aparece en otro lado al que quería ir hasta que enciendes la luz y descubre que su cama estaba en otro lado y va hacia ella como quería en un principio. Antes, hubiese llegado sin que yo hubiese dado la luz. Pero también va perdiendo visión. De hecho, desde hace algún tiempo, sus ojos son blancos más que negros..
Y sus patas no le permiten realizar la misma actividad de antes.. él no se da cuenta pero cuando está tranquilo se queja y se intenta curar los dolores que le causan esas patitas tan chiquitas y viejitas.

Clinex tras clinex y todos estos pensamientos. Llevo más de una hora y no consigo deshacerme de ellos. De hecho se hacen fuertes y grandes y aún más dolorosos.

Ojalá pudiese quedarme con él en lugar de hacer mi vida... uno no puede hacer su vida cuando sabe que su vida de verdad esta pendiente de un hilo, que no tardará en quebrarse, desgraciadamente.

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