Ese momento en el que te encuentras de nuevo con alguien tras cierto tiempo, alguien especial que te hace sonreír simplemente con mirarte. Tu mirada se choca con la suya y entonces sientes como penetra por ella un cálido abrazo que te reconforta y te hace sonreír de lado, leve y dulce. Tu sonrisa se contagia y es cuando la magia hace que una simple palabra haga de tu sonrisa una ampliación nerviosa donde tal vez incluso rías hasta con alguna carcajada.
Dos besos, un abrazo extenso.. son cosas físicas que precisas cuando ocurren estos encuentros, mas la verdadera magia ocurre tan solo en ese cruce de miradas.
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