martes, 11 de septiembre de 2012

Toca recordar diamantes del pasado

No puedo evitar pensar en ciertas personas estos días. Tal vez porque la regla está tocando mi puerta y tengo tantas hormonas encima que me es imposible no explotar por algún lado, no lo sé. El caso es que me vienen a la mente personas que fueron especiales una vez y que la vida nos separó. La verdad es que me pregunto por qué me acuerdo de ellas de año en año y porque siempre es tan intenso que me arrepiento de haberlas perdido y me culpo pensando que fui idiota por dejarlas desaparecer.
La verdad es que no sé hoy en día si alguna de las relaciones que tengo ahora será una de esas que en unos años acabe por darme qué pensar y arrepentirme. No suelen. Porque siempre son las mismas, siempre son aquellas de mis "maravillosos años".


Suelo pensar que mis años de colegio fueron los mejores de mi vida. Era como que yo misma manejaba mi vida más o menos y conseguía querer con todo mi corazón y que me quisiesen. De hecho fue en esos años cuando comprendí que si tú querías a alguien con todo tu corazón ese alguien te quería con el suyo, sin importar lo más mínimo su sexo, su edad o su reputación. Tal vez por eso en esos años no me importaba lo que la gente pensase y era fuerte, tenía autoestima y casi sabia y conocía todos mis sentimientos. Trabajaba cada día porque esos sentimientos y no mis pensamientos tuviesen el poder de decidir qué hacer y tal vez por eso mis conquistas fueron tan victoriosas y mis idas tan para siempre. Las viví tan intensas que no importan los años que pasen que en mi mente están cada una de todas esas personas a quien quise, con nombre, a veces apellidos, a veces apodos y sobre todo experiencias. Las mismas que en mi memoria aparecen una y otra vez recordándome que aquellos tiempos fueron estupendos.
Entonces creo que mi mente comienza a comparar sin yo decirle nada y me doy cuenta de que he cambiado y que el mundo adulto me ha hecho cobarde, miedosa, y que en lugar de ver, asumir y luchar por sueños, voy cabeza gacha evitando absolutamente todo, hasta el amor o a veces la amistad. Parece que ya no valore la vida y que no esté abierta a ella lo cual me convierte en alguien muerto que nada más echa de menos todo lo anterior.
Es como sentirte anciano porque toda tu vida es parte del pasado. Y la verdad que a mis 22 años, decir esto es triste. Pero es así. Siempre he pensado que el pasado me forma, pero sobre todo que me da vida. Lo malo es cuando, a veces, se cruza un cable que en lugar de darte vida te hace darte cuenta de que ya no tienes aquello y te derrumbas por completo porque sabes que no volverá.
Es mal ejemplo pero.. es como cuando alguien muere.. ya no volverá y la verdad es que muchas de esas personas, o al menos, algunas muy importantes, las más importantes, no volverán.. por mucho que lo desees, por mucho que lo intentes, por mucho que reces.. por mucho que todo.

Encontré una foto que me hizo decir.. aplícate el cuento, porque bueno.. aunque en el momento en que lo estás viviendo, te parece que lo que haces es lo que debes hacer. A veces te queda la cosa de decir.. "que hubiese pasado si..hubiese hecho otra cosa a lo que hice" Pero ya el pasado quedó atrás y bueno.. es culpa mía y de la otra persona, que las cosas estén hoy como están y no como entonces eran. Creo que la foto me ayuda a aceptar el presente..



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