Lleva días lloviendo, o mejor, diluviando. Exactamente los mismos días que llevo yo metida en casa.
Este tiempo me gusta, mas me resulta más apetecible disfrutarlo sólo sonoramente en esta época del año.
Hace ya fresco y aunque el agua de lluvia es mi olor favorito, no podría permanecer bajo ella en estos días.
Siempre me gusto escuchar las gotas golpear aquel obstáculo que encuentran por su paso.. una barandilla, ese charco amontonado de otras gotas de lluvia anteriores, o incluso las hojas de esa planta que está recibiendo a mililitros, días de vida.
El otoño es mi estación favorita. Tal vez por todo eso; por la lluvia y por esa necesidad y a la vez realidad que supone el día a día en mi casita, en mi cuarto.
No puedo negarlo. Soy muy casera. Tanto que podría permanecer bajo estas cuatro paredes años enteros sin precisar salir.. Todo aire que precisaría sería ventanal, y ese me serviría para cubrir mi dosis mínima de calle.
Nadie entiende eso. Si lo comparten a medias tintas, pero.. tanto tiempo.. Siempre hace mella en las personas. Jugamos a través del tiempo, somos a través del tiempo y supongo que da vertigo ver que lo pierdes entre cuatro paredes donde realmente.. ¿qué haces? :)
Es cierto y me cuesta tanta lluvia. Supongo que es como todo. Cuando puedes hacer algo.. te hace sentir mejor aunque luego no lo hagas. Lloviendo, mi posibilidad de bajar a la calle, de ver a mis amigos.. desaparece realmente.
Adoro la lluvia, pero ella me clausura..
No hay comentarios:
Publicar un comentario