sábado, 26 de octubre de 2013

Pierdo facultades


A veces me doy cuenta de lo que hace el tiempo con nosotros. Habrá quien me llame exagerada, por decir esto con 23 años, pero realmente aquel que se para a ver como la vida fluye y cómo te va derivando a diferentes lugares, a ti y a tu alrededor, resulta evidente cierto saber.

Me encantaba escribir. De hecho cree este blog para ello. Me encantaba venir y escribir con mi gran inspiración. A veces, tan solo miraba una foto y ya me dedicaba a reflexionar y divagar escribiendo parrafos y parrafos con una prosa increible. Me encantaba hacerlo y el resultado que salía de ello, practicamente, todas las veces. 

Ahora me siento sin vida. Mis palabras no salen tanto de mi interior como antes. Ya sólo cuando estoy triste, preocupada o mal, es cuando salen mis palabras, e incluso a veces, ni si quiera esas situaciones me traen aquí.
Muchos días me siento devastada, como si un tornado hubiese golpeado las paredes de mi alma y me hubiese dejado tan cansada que sólo la cama es capaz de darme cobijo y recoger todas las lagrimas que echan a correr segundos después. 
Es cierto que ya no tengo momentos de alegría extrema, pero sí tengo momentos de infinidad de alma. Es extraño pero es real. Con Ros estoy sintiendo el infinito en suspiros y se anida en mi pecho durante los momentos en los que, dificilmente, no respiro profundamente. Es como si descubrieses otro estadio de la felicidad. Como si esta no fuese tan solo una sonrisa o una carcajada, como solía pensar antes.

Te das cuenta en la vida que las cosas van tornandose diferentes y que algunas cosas que se te daban bien o te gustaban, ya no son para nada lo que solían ser para ti.
Aún recuerdo cuando cada martes mi madre me ponía las dichosas lentejas en casa. Era un completo suplicio comer eso, y para ella, aguantarme para que lo comiera. Ahora río porque con el tiempo, las lentejas se han hecho uno de los platos más gustosos para mi paladar, y aunque reconozco que las de mi madre no siguen siendo mi fuerte. Las lentejas suelen gustarme bastante, como me gustaban las de mi cole, cuando me quedaba a comedor.. Se me hacía la boca agua jaja.

Supongo que en esencia siempre seremos los mismos, pero perdemos habilidades y facultades al igual que adquirimos cultura, experiencia e inteligencia. Un trueque que a algunos no termina de convencernos :) .

No hay comentarios:

Publicar un comentario